Famosos en la ruinaAcumular fama y dinero no es tan solo una cuestión de fortuna o talento. A lo largo de la historia encontramos decenas de casos de celebridades que un día alcanzaron la cima profesional pero, posteriormente, se arruinaron. En muchos casos, un buen asesoramiento y una formación financiera mínima podrían haber evitado el camino hacia la bancarrota.

El documental Broken, Estrellas en la ruina, por ejemplo, retrata perfectamente cómo los excesos, un entorno tóxico y el desconocimiento sobre temas económicos lleva a jóvenes deportistas estadounidenses a perderlo todo. Según el ex base Kenny Anderson, “algunos jugadores de la NBA no sabían ni rellenar un cheque”. “Otros —explica Jamal Mashburn— ni siquiera tenían idea de abrir una cuenta en un banco.” Y aún otro ejemplo demoledor. El jugador de béisbol Ricky Henderson recibió de los Oakland Athletics un millón de dólares. Cuando le preguntaron si había cobrado el cheque respondió: «No, lo he enmarcado».

Contaba la revista Sports Illustrated en 2012 que 8 de cada 10 jugadores de la NFL de fútbol americano estaban en bancarrota o tenían problemas económicos a los dos años de retirarse. En el caso de la NBA, 6 de cada 10 lo perdía todo cinco años después de poner fin a sus carreras. De hecho, encontramos casos tan sonados como los de Scottie Pippen, Shawn Kemp, Latrell Sprewell o Dennis Rodman, que entró en un reality para famosos arruinados, incapaz de pagar la manutención de sus hijos.

“Un buen asesoramiento y una formación financiera mínima podrían haber evitado el camino hacia la bancarrota”

El boxeador Mike Tyson es, probablemente, una de las grandes decepciones del deporte estadounidense. En 2003 se declaró en ruina con unas deudas de unos 18 millones de euros al cambio. Sus despilfarros en casas, joyas, drogas, los gastos de un divorcio y dos tigres de Bengala contribuyeron a su declive.

El mundo del celuloide también acumula ejemplos llamativos de una más que mala gestión económica. Alertado por sus asesores, Nicolas Cage, alias «el derrochador», puso freno a sus desmanes después de gastarse cantidades ingentes en una docena de casas, una isla privada y hasta un hueso de tiranosaurio. Pamela Anderson, por su parte, tomó decisiones económicas equivocadas que estuvieron a punto de llevarla a la ruina. Al final, la publicidad y el marketing erótico salvaron a la socorrista de Los vigilantes de la playa.

Jamás lo ha admitido, pero Burt Reynolds consiguió 2,5 millones de dólares subastando parte de los recuerdos de su carrera para evitar la bancarrota. La falta de un asesoramiento adecuado llevó a Kim Basinger a comprar una ciudad de Georgia por 20 millones de dólares para convertirla en un centro turístico. La cosa fue mal y tuvo que venderla por un millón. Y Don Johnson, el mítico “Sonny” Crockett de Corrupción en Miami, se declaró en ruina para impedir la subasta de su rancho de Colorado.

“Nuestra salud financiera depende de la toma correcta de decisiones”

En España, una pésima gestión ha llevado a la ruina a más de una estrella. Las “chicas Almodóvar” Loles León y Rossy de Palma, reinas del cine de los noventa, no gozan de una buena salud económica. Rossy de Palma, por ejemplo, con varias nominaciones en los Goya, se planteaba en El País poner un anuncio como aquel “Actriz con cuatro Oscars busca trabajo” de la gran Bette Davis.

El bailaor Joaquín Cortés también pasó del club de los millonarios a dilapidar su fortuna tras varios años sin trabajar. Atrás quedaron su romance con Naomi Campbell y una dilatada trayectoria en el mundo de la danza. La acumulación de deudas que generaban sus propiedades le llevaron incluso a vender su casa de Madrid

Todavía con más aire de prensa rosa, encontramos casos que hacen buena la frase de tal palo, tal astilla. Desde la repetición de los problemas financieros de Lolita Flores, pasando por los del hijo menor de Carmina Ordóñez, Julián Contreras Jr., que dilapidó  el dinero de la herencia de su madre tras invertirlo por completo en un restaurante. Sus apariciones televisivas, para su suerte, lo salvaron de la quema.

Con más o menos glamour, sean cuales sean nuestros logros profesionales, ingresos o patrimonio, nuestra salud financiera depende de la toma correcta de decisiones. Rodearse de especialistas en examinar y planificar nuestras finanzas es una garantía de éxito. Seguramente con un asesor preparado y de confianza a su lado, a Tyson, Cortés o Kim Basinger les hubiera ido mucho mejor.

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