Desde el año 1929, la bolsa estadounidense ha experimentado un total de diez mercados bajistas. Pero… ¿en qué consisten exactamente estos? Son situaciones de caída desde máximos hasta mínimos en la que hay una pérdida igual o superior al 20%, mientras que las correcciones se producen con caídas puntuales del 10% o más.

Ante un escenario así, ¿por qué debemos tener paciencia y no sucumbir ante nuestras emociones, saliendo del mercado a toda prisa y vendiendo apresuradamente nuestros activos? ¡Hoy te mostramos por qué el largo plazo es la mejor estrategia!

Cómo se comportan los mercados bajistas

¿Y cuál es la duración aproximada de los mercados bajistas? Calculemos tomando como ejemplo los datos estadísticos de la caída del índice estadounidense. En este caso, desde septiembre de 1929, en promedio, la pérdida ha sido del 45%, y la duración se ha extendido a 24 meses, es decir, 2 años

Hablemos de algunos casos. El peor mercado bajista del siglo XX fue el producido por el crack del 29, cuya pérdida total fue del 86% desde máximos, con una caída que se prolongó durante 33 meses. Por ahora, durante este siglo XXI, el peor en intensidad ha sido el producido desde el colapso de Lehman Brothers, con una pérdida del 57% y una duración de 17 meses. Sin embargo, el auge de los mercados alcistas compensa sobradamente las pérdidas promediadas en los bajistas. Estadísticamente, desde el año 1926 hasta la actualidad, cuando la bolsa estadounidense ha experimentado una trayectoria alcista, la rentabilidad ofrecida ha sido del 156% durante este periodo, que se ha extendido en una duración promedio de 55 meses, lo que se traduce en 4 años y 7 meses.

Duración promedio de un mercado alcista

Si lo analizamos desde un punto de vista amplio, los alcistas tienen una mayor presencia en el largo plazo frente a los bajistas. Los ahorradores que hayan adoptado la estrategia de comprar y mantenerse se han visto beneficiados con un incremento patrimonial. De hecho, si obviamos tanto los mercados bajistas como los alcistas, la bolsa estadounidense ha ofrecido a los inversores una rentabilidad anual del 9,4% desde su creación.

Muchos habrán observado en la estadística que los mercados bajistas son mucho más rápidos que los alcistas. Es tal la velocidad de las caídas que, en términos de ciclo, tienen una duración inferior a la mitad del alcista. Entre los inversores existe un dicho muy famoso: “Cuando el mercado sube lo hace por las escaleras, pero cuando baja lo hace por el hueco del ascensor”; la pregunta es: ¿por qué se refleja tal disparidad en términos de duración? 

Las emociones que envuelven a los inversores son la gasolina del mercado. Entre todo el gran abanico de sensaciones, el miedo y el pánico tienen un componente de intensidad muy superior a la codicia vinculada a los mercados alcistas. Pensemos que la pérdida de una gran parte del valor de la cartera de acciones es una píldora muy difícil de tragar, pero aún más difícil de digerir es un fuerte deterioro de las expectativas, en el que el inversor asigna muy pocas posibilidades de recuperación de la riqueza perdida. El miedo a perder más precipita las ventas, que a su vez hacen caer las cotizaciones, y esas nuevas caídas generan pánicos que se transforman en una oleada vendedora, buscando contrapartidas al precio que sea, lo que hunde las cotizaciones. Dada esta intensidad del factor pánico, la duración de los mercados bajistas tiende a reducirse frente a los alcistas.

Los mercados no entienden de emociones

Estos no se comportan de manera racional en el corto plazo y por ello podemos presenciar estos movimientos tan bruscos como los que se ven en los bajistas. El propio Benjamin Graham dijo que las personas que no pueden dominar sus emociones no estarán adaptadas para beneficiarse del proceso de inversión.

Invertir sin emociones; es más fácil decirlo que hacerlo, sobre todo porque la incertidumbre domina el mercado y los medios de comunicación. Por esa razón, la estrategia que un inversor puede adoptar en el largo plazo es la periodificación de las aportaciones o Dollar Cost Averaging, independientemente de cualquier condición de mercado. Y todo ello, siempre acompañado por un profesional, quien entienda en profundidad el mundo de los mercados y las finanzas y que, con un asesoramiento y una planificación financiera, sepa explicar cómo el largo plazo está de nuestro lado.

 

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